miércoles, 23 de abril de 2008

Educación inclusiva

A principios de este año me acerqué al tema de la educación inclusiva y revisé, por recomendación de una amiga experta en educación especial, el texto: "Índice de inclusión. Desarrollando el aprendizaje y la participación en los centros educativos", editado por el Centre for Studies on Inclusive Education (CSEI) y traducido al español por la oficina regional de la UNESCO.

Con dicho texto (o herramienta), no sólo entendí el alcance del término "inclusivo" en educación, sino que confirmé mi "sospecha" de lo
necesario que es sentarse a diseñar estrategias y elaborar planes de acción permanentes para que la ilusión de transformar la educación se cumpla.

El "Índice de inclusión", además de profundizar en el tema, propone mirar a la educación y a las escuelas como un proyecto de gran alcance, visionario, que se conforma de etapas y acciones sólidas y de trabajo constante, una idea que la mayoría de las veces no logramos ver en proyectos educativos nacionales.

El proyecto para convertir a un centro escolar en incluyente como lo plantea el documento en cuestión, se conforma de varias etapas que se vuelven un ciclo (ver cuadro), porque se entiende que una escuela promotora de la educación inclusiva está en un permanente proceso de desarrollo que le permite ofrecer siempre este tipo de educación, no importando las nuevas circunstancias que se presenten.

Aquí queda muy bien esa frase dicha por El Conejo de Alicia en el país de las Maravillas (que un buen amigo siempre aplica cuando habla de educación a distancia): "Hay que correr, correr, correr, para permanecer en el mismo lugar", es decir, cuando ya se ha logrado una transformación escolar, habrá que mantener la capacidad de acción para atender la diversidad y garantizar el acceso al aprendizaje y a la participación.


La educación inclusiva supone la eliminación de cualquier barrera para el aprendizaje y la participación. Trasciende a la frase "educación integradora" que, por lo menos en México, se centra en estudiantes con necesidades educativas especiales con o sin discapacidad. La inclusión implica la equidad en la educación, el acceso a ésta de todos los estudiantes sin importar sus condiciones personales, culturales o sociales.

No dudo que las escuelas en México y los maestros de alguna manera u otra se encaminan hacia la educación incluyente, pero como ya hemos visto, la transformación para garantizarla representa una decisión continua, tiempo y un gran trabajo de equipo. Habrá que ir poniendo manos a la obra.

Si alguien está más interesado, dejo aquí dos ligas sobre el tema:

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