miércoles, 25 de junio de 2008

Teatro escolar... a mi sí me late la idea, ¿a ustedes?

Ayer por casualidad asistí a la ceremonia de fin de temporada del programa de Teatro Escolar del Distrito Federal. Este ciclo cerró con la obra Galaor, una adaptación de Maribel Carrasco a la novela de Hugo Hiriart (1972). He de decir que salí muy emocionada y orgullosa de que este tipo de teatro vaya a las secundarias con la idea de fomentar el gusto por las artes escénicas en los estudiantes.

Contrario a lo que leí después sobre el Programa Nacional de Teatro Escolar del INBA-SEP (que según se dijo lleva 70 años de vida) relacionado con corruptelas, actitudes mercenarias de algunos actores y baja calidad de las producciones, pienso que la apuesta tirada desde hace tanto tiempo vale la pena.

La de ayer fue una obra bien dirigida, bien actuada, muy bien montada, con un dinamismo escénico que mantiene la atención del espectador. El vestuario era perfecto, lleno de imaginación y eficaz para ambientar esa novela de caballería que parodia la historia de la Bella Durmiente con humor y mucho ingenio.

Yo conocía el trabajo de Maribel Carrasco y siempre lo califiqué como el teatro (fantasía para actores, como ella lo llama) que más me gustaba y el que debían ver chicos y grandes, así que encontrarme con la noticia de que esta obra cumplía dos años visitando las escuelas y 200 representaciones me encantó.

Además, han de saber que este programa no es sólo presentar obras, sino invitar a los estudiantes a participar en ellas. Según me dijo el actor Enrique Cueva, en cada representación incorporan al elenco a siete “potenciales actores”, a quienes se les asignan parlamentos y actuaciones mientras se hace el montaje técnico de la obra.

Así que, felicito a todo aquél que mantenga de alguna forma este programa y espero que las experiencias en las escuelas sean tan buenas como la que presencié o,
ustedes qué opinan...

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